29 de diciembre de 2009


Como todos los años, la vestimenta de hebrea de Nuestra Señora de las Angustias nos anunciaba la llegada de la Cuaresma y nos abría las puertas hacia la Gloria. 40 intensos días de duro trabajo quedaban por delante para que todo estuviera a punto el Martes Santo.A finales de febrero, nuestro querido Hermano Mayor, Ricardo, nos abandonaba. Quiso subir a los cielos para estar más cerca de nuestros titulares. La Virgen se revestía de negro luto para llorar a aquel que tanto luchó por nuestra Hermandad. Descanse en Paz.
Pero la vida de Hermandad debía continuar. Y con ella, los cultos en honor de nuestros titulares . El Santísimo Cristo del Perdón presidía el nuevo plan de altar de cultos, cultos que tras el Solemne Quinario,culminarían en la Función Principal de Instituto.

El Viernes de Dolores, como apuntan nuestras reglas, el Santísimo Cristo del Perdón permaneció en Devoto Besamanos.
El Sábado de Pasión, el Santísimo Cristo recorría las calles más cercanas a nuestra feligresía en Solemne Vía Crucis. Posteriormente, y en el más absoluto recogimiento, fue trasladado a su paso procesional.



Y llegó el día por el que se trabaja todo el año. Amanecía un Martes Santo radiante, en el que todo el mundo esperaba a que nuestros titulares salieran a la calle.

Como estrenos, la talla de la delantera del nuevo paso de Nuestro Cristo y la continuación de la orfebrería del paso de Nuestra Madre de las Angustias.

Alcalá acompañó otro año más a nuestros titulares en su Estación de Penitencia al Convento de las Hermanas Clarisas.