Más de dos años llevaban las hermanas del Convento de Santa Clara sin ver a su Virgen a causa de las inclemencias meteorológicas que han impedido en las dos pasadas semanas santas que la Hermandad del Perdón llegara al monasterio en su estación de penitencia. Las hermanas quisieron que la Virgen de las Angustias presidiera la clausura de su Año Jubilar, y dicho y hecho. La Bendita Imagen cruzaba el arco de medio punto del Convento pasadas las diez y media de la noche de ayer.
El traslado, que a petición de Palacio se realizó sin cantos a la Virgen y de la forma más acelerada, daba comienzo pasadas las nueve de la noche. En la puerta de la Inmaculada Concepción, sede de la Hermandad, esperaban cientos de vecinos para contemplar la salida de la Virgen, que fue portada a hombros en las andas que tradicionalmente son utilizadas en su Rosario de la Aurora. Seis candeleros con velas blancas y seis jarras pequeñas con flores de igual color exornaban el conjunto. Un poco de altura ganó la Dolorosa en las andas gracias a la nueva sobrepeana del paso de palio, rematada por la media luna con el escudo de la Hermandad. Completaba el conjunto la reliquia de Santa Clara de Asís, al frente de la pequeña parihuela. La Santísima Virgen lucía tocado de encajes, manto brocado verde y la conocida como “saya de las espigas” que en su día pintara Alejandro Redondo, que en la misa previa al traslado tomó posesión junto a su junta de gobierno como nuevo hermano mayor de la cofradía del Martes Santo.
Los devotos, hermanos y cofrades en general acompañaron durante todo el traslado, que recorrió calles engalanadas por más de 50 gallardetes repartidos a lo largo de todo el recorrido. El cortejo lo conformaba la cruz de guía, hermanos con cirio, banderín de juventud y miembros del grupo joven con varas, hermanos con cirio, estandarte y junta de gobierno con varas y cuerpo de acólitos. Al cargo del caminar de las andas, el nuevo capataz del paso de palio de Ntra. Sra. de las Angustias, Francisco José Téllez.
En poco más de una hora la Virgen llegaba al Convento de Santa Clara, donde fue recibida con gran alegría por las hermanas clarisas. Los aplausos y los vivas se repitieron hasta que las andas se arriaron definitivamente en uno de los laterales del altar mayor del monasterio. El canto de la salve y las palabras de la Madre Abadesa dieron por finalizada la jornada de ayer, que seguro será recordada siempre por todos los asistentes.
La Virgen presidirá los cultos de clausura del Año Jubilar Clariano que se celebrarán del 20 al 23 de septiembre. El regreso triunfal a su Parroquia será el domingo 30 de septiembre, tras celebrar del 26 al 29, el tradicional triduo y función en su honor.
Crónica: Miguel A. Márquez
Foto: José A. García
Crónica: Miguel A. Márquez
Foto: José A. García